jueves, 28 de julio de 2011

Capítulo VII - Razones

"Becca ha pasado mucho tiempo" se disculpó, retirándola cortésmente. "Ya las cosas no son como antes"
"Lo sé, perdóname. Solo es que no lo pude resistir, la sorpresa de verte y ver que estas aún más guapo, recordar nuestros días juntos. Perdóname, ahora debes de tener alguien en tu vida y yo llego con mis cosas"
"De hecho sí, hay alguien más en mi vida y la amo. Disculpa mi sinceridad, pero ahora sé que la amo como nunca imaginé amar a alguien" Becca se puso triste, sabía que al dejar su relación con Antón, él no tardaría encontrar a alguien más pero creyó que nada de eso superaría al amor que alguna vez sintieron.
"Discúlpame, soy yo la que no debí de actuar de esa forma. Será mejor que me vaya, fue un gusto verte de nuevo. Y espero que al menos podamos ser amigos." Becca lo dejó en la mesa y él esperó a que Valentina saliera del baño, pero pasaron los minutos y no lo hacía. Pidió a alguien del restaurant que revisaran y el capitán de meseros le informó que la había visto salir de restaurant.

Antón pagó la cuenta y la fue a buscar por el malecón, no podría tener mucho, sobre todo si iba a pie. Después de unos minutos, se sentía desesperado, no sabía que le podía haber pasado a Valentina para que actuara así, y la idea de pensar que los haya visto cuando se besaron, le hizo sentir escalofríos, cuando se enojaba Valentina era capaz de cualquier cosa.

"¡Valentina!" le gritó cuando la vio sentada en la orilla del mirador del malecón. Un salto y nada la separaban del mar y las rocas. Corrió hacia ella con desesperación.
"Vete Antón, no quiero hablar contigo" las palabras fueron como cuchillos para él que ya la tenía en sus brazos.
"Por favor no lo hagas" le rogó
"¿Hacer qué?"
"Saltar" exclamó con desesperación.
"Estás loco, yo no pienso saltar de ningún lado. Solo me senté en la orilla porque necesitaba respirar y sentir el viento en todo mi cuerpo. Sabes que siempre lo hago"
"Lo siento, creo que sobre reaccioné" dijo separándose un poco de ella.
"¿Crees?" él se sentó a su lado. Y trató de tomarle la mano pero ella la retiró.
"Vale, ¿por qué te fuiste?"
"Antón, es en serio. No quiero hablar contigo. ¿Por qué no mejor te regresas con Becca y me dejas en paz?" trató de sonar convencida, pero sus lágrimas la delataron.
"Vale no llores, por favor, no me alejes de ti. Quiero saber qué te pasa"
"No, y sí no me quieres dejar sola, entonces llévame a la casa" Antón aceptó, y fueron por el auto.
Cuando llegaron ella no dijo nada, y se encerró en su habitación. Antón no durmió en toda la noche, tenía que hablar con Valentina, pero ella se había cerrado por completo. Y por si fuera poco, extrañaba tener a Valentina entre sus brazos, en una semana, se había acostumbrado a dormir con ella, sintiéndola segura a su lado.

En la madrugada escuchó ruido en la alberca, y al salir, vio que Valentina estaba nadando, ella siempre hacia eso cuando se sentía triste o estresada, era su mejor forma de sacar el stress además de ser su hobbie preferido, no por nada era capitana del equipo de natación del colegio.

Antón se sentó en la orilla y esperó a que ella saliera a respirar.

"¿No puedes dormir?" ella se sorprendió. No creyó que él estuviera ahí.
"No" se hundió de nuevo en el agua y nado hasta lo orilla contraria, Antón estaba harto de su actitud y se metió al agua para ir por ella. "¿Qué haces?" le reclamó cuando la tomó por los brazos a media alberca, impidiendo que ella nadara más.
"Deja de actuar como una niña berrinchuda, y dime ¿qué es lo que te pasa?" él le dijo en tono fuerte, sin dejar duda de lo enojado que estaba.
"Es cierto, tal vez deberías de irte con una mujer de tu edad y no con una niña berrinchuda" le dijo evitando su mirada.
"Valentina yo no quiero a otra, te quiero a ti, pero honestamente no entiendo por qué te comportas de esta manera"
"Si claro, me quieres a mí, pero besas a Becca" así Antón confirmó sus sospechas, ella si lo había visto.
"En primera ella me besó, pero si le respondí fue porque lo necesitaba" le confesó, y eso la enojó aún más, al parecer a pesar de los años Antón no había olvidado a Becca.
"Eres un enfermo, suéltame, vete con ella si es lo que quieres, a mí sólo déjame en paz" Valentina trató de soltarse de los brazos de Antón, pero él era mucho más fuerte que ella.
"Escúchame" le suplicó. "Solo lo hice, para darme cuenta que no hay nada que supere a lo que siento por ti, besarla no se comparó en lo más mínimo a cuando te beso. Valentina eres la mujer de mi vida, ya no existe ninguna duda"
"Yo no necesito besar a otros para darme cuenta de lo que eres en mi vida"
"Sé que tienes razón, pero tú sabes muy bien lo que significó Becca en mi vida, yo creí que había sido amor, pero ahora me doy cuenta que no fue así. El verdadero amor lo siento sólo contigo"
Ella no sabía si creerle, él aprovechó su momento de duda y la besó, sólo como él podía hacerlo.
"Solo a ti te amo, y no te cambiaría por nada en este mundo" le dijo cuando tuvieron que separarse en busca de aire. "Perdóname, por favor. Sé que hice mal y no tienes idea de cómo me arrepiento de haberte causado este dolor. Te prometí hacerte feliz y te fallé, pero por favor no dudes de lo que siento por ti, porque eso es lo más puro y real que he sentido en toda mi vida y que voy a sentir jamás" Cuando Valentina recuperó el aire, fue ella quien lo besó con más fuerza, exigiéndole todo y Antón supo que ella lo había perdonado.

Antón la llevó en sus brazos hasta su habitación y ahí le hizo el amor, la amó con toda la intensidad de sus sentimientos, la hizo su mujer hasta que ya no pudo más. Todo lo que quería era amarla y que ella entendiera que jamás podría estar con otra mujer, que nunca había amado de esa manera y que jamás lo haría con alguien que no fuera ella, Su Valentina, su princesa, su ángel, su vida.

Después de todas aquellas veces juntos, Antón se quedó dormido y Valentina quería dormir también pero le gustaba verlo así, tranquilo, relajado, respirando acompasadamente, a su lado.

Unas horas después Antón despertó y vio cómo Valentina dormía tranquilamente a su lado. No podía creer que eso le estuviera pasando, era un maravilloso sueño tenerla así, la amaba de verdad hasta donde había creído imposible y lo mejor es que eso solo iba aumentando con el paso de los días. Sólo la sombra de lo que pasó en la alberca le llenó de preocupación, porque aunque Valentina lo haya dicho enojada, él si le llevaba algunos años, no muchos, pero y si algún día ella se hartaba de estar con él, eran demasiado diferentes y eso podría ser muy aburrido para ella.

"Te juro que buscaré hacerte feliz todos los días que pases a mi lado, no hay nada más importante que tú en mi vida" le dijo casi en un susurro antes de besarla ligeramente en los labios. Ella al sentir su contacto, se movió y despertó. "Lo siento, no quería despertarte" Después de sonreírle lo atrajo y lo besó.

"Es genial despertar sintiendo tus labios" al mirarlo notó que había algo en sus ojos. "¿Qué pasa Antón?" él dudó en responderle pero necesitaba ser honesto con ella.
"Vale hace un rato, cuando me dijiste que debía de irme con una mujer de mi edad, sabes que nunca haría eso ¿no? Pero nunca te he preguntado a ti, ¿te molesta nuestra diferencia de edad?"
"Ay Antón claro que no, no seas tonto. No podría ser más feliz con eso, me encanta todo lo que eres, tu seriedad, tu responsabilidad, tu edad, todo" ella empezó a ver cómo la mirada de Antón se relajaba un poco.
"Pero y después cuando sea más evidente la diferencia…"
"Sólo la idea de pensar en ese después, lo único que quiero es tener contigo mucho de ese después, de un futuro, de lo que sea pero contigo Antón" él sonrió más convencido de las palabras de Valentina y la besó, fue tierno y se encargó de explorar cada rincón de su boca, amaba tanto el sabor de sus labios. Cuando se separaron él la tomó en sus brazos y pronto volvieron a quedarse dormidos.

Al siguiente día regresaron a la ciudad y tuvieron que prepararse para volver de nuevo a la realidad, aunque seguían durmiendo juntos, pues no pasaba a más. Porque corrían muchos más riesgos que en la casa de la playa.

Valentina había regresado a la escuela y estaba platicando con Ximena, sobre su excitante estancia en la playa, y ella le contaba sobre los avances que había tenido con Quique.

"Valentina ¿puedo hablar contigo?" le preguntó Daniel, que aún la marca del golpe que le había propinado Antón, unos días antes.
"No tenemos nada de qué hablar" ella se levantó y empezó a caminar junto con Ximena.
"A mí me parece que sí, o prefieres que hable con tus padres sobre tu relación tan cercana con tu primito Antón. Digo si quieres hasta podría mostrarles esta foto" ella se volteó hacia él y le mostró su celular, en donde se veía como claramente Antón y Valentina se besaban en la camioneta.

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