sábado, 25 de junio de 2011

Capítulo IV - Sinceridad

"Papá además ya estoy grande, no creo que necesite una niñera" Valentina no cambiaba, a pesar de todo, le gustaba hacer enojar a su primo, y es que hubiera sido peor que ella no dijera nada, porque si algo le gustaba a Vale, eso era apelar cualquier decisión.
"Nenita, estás loca, si crees que te vamos a dejar sola; sobre todo con ese Danielito rondando por aquí"
"Por mí no hay problema" dijo Antón tomando la mano de su prima, "Yo cuidaré de Val, tío y no te preocupes si Daniel llega a dar problemas, yo me haré cargo" agregó con un tono un poco posesivo, pero solo Valentina lo notó.
"Pues si no tengo remedio" subió los ojos. "¿Cuándo planean viajar?"
"El viernes, nos vamos 2 semanas a Río" dijo su madre.
"Antón se quedará en la habitación de huéspedes"
"Como oíste Val, el punto es no dejarte sola"
"Ya va, entiendo, pero te das cuenta que es demasiado pedirle a Antón. No podemos abusar de él, ya suficiente con tener que cuidarme 2 semanas"
"¿Entonces, qué propones?"
"Yo me iré a casa de mis tíos, así Antón no tiene que preocuparse si tiene que hacer planos o cosas así, tendrá su estudio como siempre"
"Muy bien, por fin algo de sensatez de tu parte"
"Gracias, bueno será mejor que nos vayamos" dijo Valentina jalando a Antón, "Se va a hacer tarde para ir al cine"
"Si es cierto" dijo Antón, subiéndose los lentes, un tic que tenía desde el primer día que los usó, y que Valentina amaba.

Cuando estuvieron en la camioneta Valentina besó a Antón

"Vale, Vale, nos pueden ver"
"Claro que no. Ay Antón es que estoy feliz, vamos a tener dos semanas solo para nosotros"
"Pues a cómo actuaste pensé que te disgustaba la idea"
"Estaba tratando de sonar normal"
"Pues demasiado, pensé que ya te estabas arrepintiendo de estar conmigo"
"Nunca Antón, nunca me voy a arrepentir de estar a tu lado" le dijo poniendo sus manos en su rostro y dándole un pequeño beso antes de que arrancara la camioneta.

El lunes siguiente Valentina estaba impaciente por ver a Antón, habían quedado que se verían después de clases. Todo iba sobre flores para ella, hasta que llegó el receso, en donde se encontró con Daniel. A Valentina se le había olvidado un pequeño detalle, los sentimientos de Daniel.

"Hola Vale" la saludó, tomándola de la mano y dándole un beso en la mejilla.
"Hola Dani" ella se liberó de su mano y se separó un poco de él. Mientras ella platicaba con su grupo de amigos, Daniel la notaba un poco extraña. Ya no era la misma del fin de semana, pero al final de cuentas, ella le había pedido tiempo y él se lo iba a dar.
"Vale, ¿crees que pueda ir a visitarte en la tarde?" le preguntó poco antes de irse a su salón.
"Ay Dani, no creo. Tengo que hacer unas cosas con mi madre, ¿lo dejamos para otro día?" Valentina se había metido en un gran lío por haber usado a Daniel, y ahora ni ella sabía cómo salir de él.
"Está bien" él le dio otro beso en la mejilla y se alejó.

Después de la escuela fue a dejar su auto a casa de Jimena, y ahí pasó Antón por ella. Jimena no podía estar más feliz por su amiga, era algo extraño pero no le importaba mientras fuera feliz y ella le ayudaría en todo.

"Hola" le saludó Valentina, cuando se subió a la camioneta. Él le sonrió tanto, y después se acercó a ella y la besó.
"Te extrañe" le dijo cuando se separaron.
"Ya lo noté, ¿qué pasó con "Nos pueden ver"?" le reclamó.
"Tendré que trabajar en mi auto control" le dijo mientras arrancaba la camioneta.
"Ojalá lo consigas" se burló.

Antón manejo a las afueras de la ciudad y fueron a dar hasta el mirador, en la parte más alta.

"Siempre que quiero alejarme de todo el mundo, vengo aquí. Digamos que es como mi lugar secreto, nunca había traído a alguien conmigo" le confesó mientras la abrazaba y descansaba su espalda en el cofre.
"Si me lo dices ya no es secreto" agregó ella, perdida en la sensación de estar en sus brazos.
"Es que contigo no quiero tener secretos, quiero que sepas todo de mí" confesó en su oído. Valentina no sabía si era su cercanía o la fuerza de sus palabras, pero se estremeció.
"Te Amo" Valentina movió su cabeza y lo besó. Si amaba besarlo apasionadamente, pronto descubrió que hacerlo lento, también la hacía vibrar. Era increíble descubrir todas las facetas de su boca, sentirlo entrar en la suya, rozar sus lenguas y cuando se separaban él solo le decía cuanto la amaba.

Después de un largo momento, vieron como se ponía el sol y decidieron que era momento de regresar a la realidad.

Los días avanzaron, y lamentablemente una parte de la realidad alcanzó a Valentina.

"Vale, ¿podemos hablar?" le dijo cuando estaban en un receso y se la encontró por los pasillos del colegio.
"Si, ¿qué pasa?"
"Es que te he notado extraña, pensé que después del sábado las cosas serían diferentes entre nosotros, y ahora lo son, pero no como yo esperaba"
"Dani… es que creo que tengo que pedirte una disculpa. Me precipité en mis acciones y no medí las consecuencias de lo que hice" Valentina lo decía de verdad, siempre se sentiría mal por haberlo utilizado.
"¿Qué dices Vale?"
"Estaba confundida y creí que intentando algo contigo, me ayudaría pero acabe peor y ahora no sé si pueda darte lo que pides. Creo que debes buscarte a alguien más, la mayoría de las chicas del colegio, mueren por ti y estoy segura que en alguna de ella encontrarás lo que buscas" Valentina le dio un beso muy corto en la mejilla, y él se quedó frío. Ella se alejó.
"Yo no quiero a nadie más que a ti, Valentina. Y vas a ser mía" se juró Daniel cuando vio a Valentina alejarse.

Al siguiente día, Antón y Valentina, fueron a dejar a sus padres al aeropuerto, después de algunas recomendaciones y de documentar su equipaje, se despidieron de sus respectivos hijos.

"Y bien primito, creo que ahora debes llevarme a casa, a recoger mis cosas" él la tomó de la cintura y se fueron a casa de Valentina.

Cuando llegaron a la casa, Valentina lo atrapó en sus brazos y lo besó, él la detuvo.
"Vale puede venir alguien del servicio"
"No va a venir nadie, mis padres les dieron la semana" le sonrió.
"Oh" ella aprovechó que sus labios estaban abiertos y lo besó, exigiendo todo de él. Antón no se resistió más, la tomó en sus brazos y la besó con toda la pasión que lo quemaba por dentro.

Después de unos cuantos besos más, Valentina hizo su maleta y se fueron a la casa de Antón. Ahí cenaron y Valentina esperaba que él la invitara a su habitación, pero no lo hizo, no porque no lo deseara si no porque no era correcto, en su casa si había gente de servicio y si ellos se daban cuenta de lo que pasaba entre ellos, no tardarían en saberlo sus padres.

Poco antes de quedarse dormido, Antón se levantó al baño y cuando regresó encontró a Valentina en su cama con un hermoso atuendo para dormir, no era para nada vulgar, pero la hacía ver como la mujer más sensual de mundo.

"Valentina, ¿qué haces aquí?" le dijo en voz muy baja, cómo si sus empleados que dormían en el piso de abajo y al otro lado de la casa, tuvieran oído supersónico.
"Trato de dormir" respondió ella sin abrir los ojos.
"No Val, qué pasa si nos oyen" Antón aceleró sus ideas.
"Hey, dije que trato de dormir, y eso pienso hacer" Antón se dio cuenta de sus pensamientos y le causó gracia, por primera vez ella le proponía algo que él si le podía dar, sin correr muchos riesgos "además ya deshice mi cama como si hubiera dormido ahí"
"Contigo nunca doy una" le dijo al oído cuando se metió a la cama y la atrapó entre sus brazos.
"No, pero por eso te amo" respondió ella entre bostezos cuando encontró su lugar en el pecho de Antón.

El fin de semana lo pasaron sin hacer mucho, ya que Antón tenía que entregar un proyecto y no podía salir, pero Valentina ni siquiera le reclamó. En cambio disfrutó verlo trabajar, adoraba verlo quitarse los lentes y tallarse sus cansados ojos azules. Y él por su parte amaba oír la risa de Valentina, siempre lo hacía sentir mejor y cuando ya no podía más, iba y le robaba uno que otro beso.

"Para la inspiración" le dijo cuando se separó de ella y volvió a su mesa de trabajo.

El lunes que regresó a la universidad, decidió que había llegado el momento de contarle a Quique lo que pasaba.

"Así que así están las cosas" terminó por decirle una vez que le había contado todo, bueno casi todo lo que había pasado.
"Ya decía yo, que últimamente te veías más feliz que nunca"
"Nunca creí que pudiera hacerme tan feliz, es única" le confesó Antón.
"Es tu prima" se rio Quique "y tú eres un cursi, que por primera vez se atrevió a romper la reglas y a vivir un poco"
"¿No crees que es algo extraño?"
"Algo, pero no esta tan mal. Antón es que deberías de verte en un espejo, te ves tan diferente, te ves bien, feliz, y eso amigo es lo único que siempre te he deseado, que seas feliz"
"Gracias Quique"
"Ni me agradezcas, que ya que las cosas están tan bien entre tú y Valentina, creo que podrías aprovechar para decirle que me presente a su amiga, la que estaba con ella en la fiesta"
"Tú no cambias" le bromeo Antón.

Durante toda esa semana las cosas fueron más que maravillosas para Antón y Valentina, después de la escuela, solo se dedicaban a ellos, Valentina se había dado cuenta lo mucho que le gustaba ver a Antón, mientras estudiaba o hacia planos, y Antón adoraba oír a su Valentina reír, siempre cerca de él, besándola cada que requería un poco de inspiración. Y por las noches no había nada mejor que sentirla segura entre sus brazos.

El viernes, Valentina había obligado a Antón a ir con ella y con Jimena, al concierto de un DJ muy famoso que se presentaba en la ciudad. Antón aprovechó para invitar a Quique, que seguía insistiendo en conocer a Jimena.

Valentina se sintió muy feliz esa noche, era su primera salida en grupo, y lo mejor es que sus amigos conocían la verdad sobre su relación, así que al menos en el trayecto no tuvieron que ocultar lo mucho que se querían.

A Jimena le encantó Quique, siempre había creído que los niños de su edad eran muy aburridos, y ahora entendía por qué, Quique y ella eran tan iguales. Ninguno de los dos tenía reglas, solo divertirse. Por su parte Quique no se decepcionó, si no que se enganchó, mucho más. Valentina no solo había cambiado la vida de su amigo, sino también la él, trayéndole a Jimena.

Mientras Quique y Jimena se conocían mejor, Antón y Valentina no paraban de bailar, sonreían, se abrazaban y se besaban despistadamente.

"Let this be a song now and this be our day and we stand together we'll be okay..." cantó Antón en el oído de Valentina mientras la tenía muy cerca de él bailando.
"It's easy to believe in One Love, believe in you and me..." agregó ella antes de voltearse y besarlo rápidamente en los labios.
"Vale estoy muriendo de sed, ¿quieres algo?"
"Lo que tu tomes" le sonrío pues sabía que a él le había tocado ser el conductor designado.
"Está bien, te traeré lo que se me ocurra" Antón se alejó y de pronto Valentina, sintió unas manos desconocidas en su cintura, ella se volteó y se encontró con una cara conocida.
"Daniel" saludó y sonrió.
"Baila conmigo" le ordenó jalándola de la cintura, ella se resistió.
"Estoy esperando a alguien, Dani" trató de sonar tranquila, pero había algo en la cara de Daniel que la asustaba.
"Dije que bailaras conmigo" y la abrazó con mucha fuerza, su aliento olía demasiado a alcohol.
"Por favor Daniel, suéltame" le rogó por las buenas, pero ya un poco desesperada.
"No, primero quiero hacer esto" y estampó sus labios y aliento alcohólico en su boca. Valentina luchaba por quitárselo pero no podía. De pronto dejó de sentir la presión de Daniel.
"Ni se te ocurra, volver a acércate a ella, Me entendiste." le dijo Antón que le había dado un puñetazo en el pómulo.
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Canción: One Love - David Guetta ft Estelle

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